LA MEJOR PARTE DE DEVOCIóN ADMIRABLE DE LOS 7 DOLORES QUE MARíA SANTíSIMA SINTIó EN LA VIDA Y MUERTE DE SU AMADíSIMO HIJO

La mejor parte de Devoción admirable de Los 7 Dolores que María Santísima Sintió en la Vida y Muerte de su Amadísimo Hijo

La mejor parte de Devoción admirable de Los 7 Dolores que María Santísima Sintió en la Vida y Muerte de su Amadísimo Hijo

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¡Purísima Casto y angustiada Madre! Asombrado y condolido os contemplo al pie de la cruz en donde expiró para darme vida Jesús mi adorable redentor, bebiendo toda la amargura de su cruenta inmolación.

¡Santísima Virgen y Madre dolorosa! Poseído de cristiana compasión por el agudo dolor que padecisteis al anunciaros el santo profeta Simeón la futura pasión y muerte de vuestro santísimo hijo Dios, mi adorable Redentor, os suplico humildemente, que os compadezcáis todavía Vos de la penosa tribulación en que tiene puesto a este escaso hijo y siervo vuestro la tiranía de sus vicios y pasiones tan opuestas a la excelencia de vuestras virtudes y a la pureza de vuestro celestial bienquerencia.

Inexplorado María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver a tu Hijo cargado con la cruz, como cargado con nuestras culpas, llevando el herramienta de su propio suplicio de muerte; Él, que Cuadro creador de la vida, aceptó por nosotros sufrir este desprecio tan grande de ser condenado a muerte y precisamente muerte de cruz, después de sobrevenir sido azotado como si fuera un malhechor y, siendo serio Rey de reyes, coronado de espinas; ni la mejor corona del mundo hubiera sido suficiente para honrarle y ceñírsela en su frente; en cambio, le dieron lo peor del mundo clavándole las espinas en la frente y, aunque le ocasionarían un gran dolor físico, aún veterano sería el dolor espiritual por ser una escarnio y una humillación tan sobresaliente; sufrió y se humilló hasta lo indecible, para levantarnos a nosotros del pecado; te acompañamos en este dolor .

A la Casto de los Dolores encomendamos a los jóvenes y a las familias, a las naciones y a la humanidad entera.

Pondera, alma mía, las ansias, las fatigas, las penalidades, en fin, de toda clase, que hubieron de atormentar el alma purísima de María en tan dilatado y penoso delirio. El temor de ser descubierta y alcanzada por los feroces soldados de Herodes; los quejidos de las inocentes víctimas sacrificadas a su furor e impiedad; el llanto y alaridos de las desconsoladas madres; las dificultades y peligros de la Devoción admirable de Los 7 Dolores que María Santísima Sintió en la Vida y Muerte de su Amadísimo Hijo huida; los rigores de su extrema pobreza… ¡ay!

Los siete dolores de la Casto María son momentos de profundo sufrimiento que experimentó durante la vida de Jesús. Estos dolores son:

Alcanzadme luz con que conozca la fealdad de mis pecados, y gracia con que deteste su malicia. Haced asimismo que beba con ánimo resuelto y resignado el cáliz de las tribulaciones y trabajos de esta vida, que el Señor se dignare presentarme, para satisfacer por las penas debidas a mis culpas.

– ¡Y a ti misma una espada te atravesará el alma! – a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones.»»

A forma de consejo de los siete dolores de la Virginal María con ellos podemos resistir a la conclusión que esta es una de las formas que tiene la Virginal de compartir los sufrimientos más profundos que vivió en la tierra.

Considera el amargo dolor que sintió el Corazón de María cuando el cuerpo de su querido Jesús fue bajado de la cruz y colocado en su regazo.

Aquellos que antiguamente de su muerte invoquen a la Santísima Raíz en nombre de sus dolores, obtendrán una contrición perfecta de todos sus pecados.

4. El coincidencia con Jesús camino del Calvario: Este cuarto dolor nos invita a reflexionar sobre el avenencia doloroso de María con Jesús cargando la cruz camino del Calvario.

No tienen zona los comentarios que, no viniendo al caso, intentan una y otra ocasión forzar un debate o una toma de postura por el autor no planteada o aunque cerrada.

La práctica de esta devoción se hace rezando 7 veces el Avemaría. Mientras tanto, hay que ir tomando conciencia de cada singular de los 7 dolores de María, tratando de experimentarlos y darle sentido a su sufrimiento, pues, a pesar de ser santa y de ser Raíz de Todopoderoso Hijo, no estuvo ajena al dolor.

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